El líder de la derecha italiana anima una campaña europea de profesores y teólogos para que la ONU declare una moratoria de las interrupciones de embarazos.
MIGUEL MORA – Roma – 13/02/2008
La campaña se llama Pena de aborto, y pide a la ONU que enmiende el artículo 3 de la Declaración de los Derechos Humanos para añadir a la frase «todo individuo tiene derecho a la vida» la coletilla «desde la concepción hasta la muerte natural». La idea ha partido del político y periodista Giuliano Ferrara, un neocon a la italiana que se declara no católico y creyente en un dios personal. La polémica carta ha sido firmada por religiosos, teólogos y profesores universitarios de varios países europeos, y se ha enviado al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Pide una moratoria del aborto semejante a la aprobada contra la pena de muerte.Se exige a Ban Ki-moon una respuesta pareja a la que se dio a la pena de muerte. Los firmantes creen que el aborto es hoy instrumento de una nueva eugenesia.
La adhesión del líder de la derecha, Silvio Berlusconi, ha convertido el asunto en un tema caliente de la campaña electoral y ha suscitado enorme polémica a izquierda y derecha. Aun asumiendo que la regla de su grupo político es la libertad de conciencia, el líder del Pueblo de la Libertad cree que «reconocer el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte es un principio que la ONU podría hacer suyo, igual que ha hecho con la moratoria de la pena de muerte después de un largo y no fácil debate».
Isabella Bertolini, dirigente parlamentaria de Forza Italia, ha apoyado sin reparos la adhesión de su líder: «Mil millones de abortos en 30 años merecen una respuesta firme. Una moratoria internacional que ponga fin a esa
masacre de inocentes».
Ferrara es todo un personaje, un agitador fuera de normas: fue militante del Partido Comunista y del Partido Socialista italianos y trabajó como informador de la CIA; en 1996 fundó el diario Il Foglio -que edita la empresa de Veronica Lario, la mujer de Silvio Berlusconi-, y fue ministro en el primer Gobierno de Forza Italia. Ahora ha anunciado que concurrirá a las elecciones del 13 de abril con una lista provida. A su juicio, se trata de una «batalla cultural». Pero no aspira a derogar la ley 194 que regula el aborto en Italia y tampoco quiere el apoyo de la Iglesia: «Consejo sí,
apoyo no», ha dicho. La Conferencia Episcopal italiana se ha mantenido al margen de esta iniciativa.
La campaña de Ferrara (que se puede leer en italiano, francés, alemán y español en www.ilfoglio.it) sostiene que en los últimos 30 años se han hecho 1.000 millones de abortos en el mundo, y que «en Asia peligra el equilibrio demográfico debido a un infanticidio masivo de magnitud épica».
En un repaso a la situación del aborto en algunos países asiáticos, se dice que en China el aborto es un riesgo que corren «millones de niños que están por nacer». Y que en la India, «por selección sexista, se ha quitado la vida a millones de niñas antes de nacer». En cuanto a Occidente, afirma, «el aborto se ha convertido en instrumento de una nueva eugenesia que viola los derechos del feto y la igualdad entre los hombres».
Los firmantes piden a la ONU que no apoye «las políticas públicas que fomentan formas de sumisión injustificada y selectiva del ser humano durante su desarrollo en el vientre de la madre mediante el ejercicio arbitrario de un poder de aniquilamiento». La carta anima además a los Gobiernos a luchar por enmendar el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Quieren que se añada a la frase «todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona», justo tras la primera coma, el texto «desde la concepción hasta la muerte natural».
Ferrara cree que hay novedades que lo justifican: «Descubrimientos en el ámbito genético posteriores a la declaración documentan de forma irrefutable la existencia de un patrimonio genético humano en el embrión desde su primera
etapa de desarrollo».
Entre los firmantes del manifiesto están René Girard, antropólogo y miembro de la Academia Francesa; lord David Alton, miembro de la Cámara de los Lores; George Weigel, teólogo y biógrafo de Karol Wojtyla y de Joseph Ratzinger;
Robert Spaemann, profesor emérito de filosofía en la Universidad de Múnich; Roger Scruton, filósofo en el Bircbeck College; Nirmala Joshi, superiora de las Misioneras de la Madre Teresa de Calcuta; John Neuhaus, teólogo; Carlo Casini,
presidente del Movimiento por la Vida italiano; Lucetta Scaraffia, docente de historia en La Sapienza de Roma, y Bobby Schindler, hermano de Terri Schiavo.
13 febrero, 2008 Noticias